
Si cogemos un papel y lo doblamos por la mitad y lo seguimos doblando una y otra vez veremos que pronto resulta imposible seguir doblándolo. Lo más probable es que no lo podamos doblar más de seis veces, sin que importe mucho el tamaño de la hoja que utilicemos. Si empleamos un papel muy fino, quizás podamos doblarlo siete veces y con dificultad hasta ocho, pero por muy delgado que sea no podremos pasar de ahí.
Pero vamos a suponer que tenemos la capacidad de doblar muchas mas veces el papel…si así fuera, rápidamente se produciría un fenómeno sorprendente, y es que el grosor se haría gigantesco. Con un papel normal, cuyo espesor viene a ser de unos 0,1 milímetros, al doblarlo 42 veces adquiriría un grosor de ¡439.804 kilómetros!, mucho mas que la distancia de la Tierra a la Luna (384.400 Km).
(La explicación es sencilla: Si doblamos 42 veces, tendremos 242 = 4.398.046.511.104 capas porque cada doblez duplica el número de capas. 0,1 milímetros de cada capa x 4.398.046.511.104 capas = 439,804 kilómetros)